¿Cuál podría ser la razón de ser, dentro del Universo, de un pequeño ratón, de una cucaracha, de un mosquito, de una bacteria o de un perro?...
Todos somos animales (algunos más que otros, la verdad), como el perro y los demás. Ello nos une, independientemente de como quiera entenderse la razón de ser de nuestro pensamiento y nuestra consciencia, hecho diferenciador respecto de todos los demás animales.
¿La naturaleza y esencia de aquello que nos hace iguales a los demás animales, debe estar sostenida en la misma base que la naturaleza y esencia de aquello que nos hace diferentes y únicos?
La lógica del planteamiento nos hará pensar en la posibilidad de una interconexión previa entre lo igual (común) y lo único, por el mero hecho ya de aparecer conectadas gramaticalmente, pero sobre todo por la tendencia de nuestro pensamiento a encontrar relaciones y a pensar en un origen común de lo diverso, lo que decantará nuestra respuesta hacia el sí. Por tanto, hemos de abandonar este camino de argumentación, y buscar uno menos contaminado por la perspectiva de lo único, que, por otra parte, es nuestra propia y única perspectiva como humanos y animales diferenciados (únicos).
Miramos con nuestros ojos, y ello nos condena a no ver más que lo que ellos puedan mostrarnos del mundo.
Por Pólux.
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