Ahí tenéis el "bichito" de hoy, medio camuflado entre las propias manchas oscuras de los pétalos y el polen amarillo, entre los estambres. Al hacer la fotografía pasó desapercibido.
Inmensa la Luna de estos días. Esta noche pasada no ha parecido realmente de noche desde la atalaya. Todo estaba tan iluminado que podía verse perfectamente, incluso el mar. En las ciudades la luz artificial impide apreciar el fenómeno en todo su esplendor, pero aquí en la atalaya, donde no hay ninguna luz que lo apantalle, la vista se adapta rápidamente a la escasa luz de la Luna, y no tan escasa, dada la Luna llena y su cercanía a la Tierra en esa fase, e impresiona lo que puede llegar a verse sólo con la luz reflejada por nuestro satélite natural.
El lunes culminó la Luna llena a una distancia de poco más de 364.000 kilómetros. Una distancia cercana teniendo en cuenta que su distancia a la Tierra varía entre aproximadamente 363.000 kilómetros y 405.000 kilómetros.
Por Pólux.
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