Hoy es el primer domingo de septiembre. Y sigo en la atalaya.
Ayer, mirando desde la atalaya. |
¿Cómo dejar de ser lo que soy para obtener lo que conmigo no tengo y sin mí no tendré? Soy tanto yo como mi contrario, y mi mente cree tanto en lo que acepto como en lo que repudio. Nada nuevo hay en este planteamiento, inventado por otros, más que el profundo e íntimo sentimiento de enajenación que todo ello produce.
El deseo es mi única aspiración, el hecho devendrá ajeno y me llevará.
Y aquí sigo, en la atalaya, esperando lo que sé que no llegará, buscando lo que sé que no encontraré, en un vano intento de encontrar lo que ni siquiera llegó a perderse, pues nunca fui quien en un día creí ser.
Demasiado lujo éste, el de pensar por pensar, habiendo tanta carestía en lo inmediato. Así que por respeto, vergüenza y mala conciencia me callaré ya.
Demasiado lujo éste, el de pensar por pensar, habiendo tanta carestía en lo inmediato. Así que por respeto, vergüenza y mala conciencia me callaré ya.
Por Pólux.
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