Ya está aquí el mundial de fútbol. Un deporte de masas como ese levanta pasiones y suele ser vía de escape común de frustraciones y problemas enconados. En este sentido diríamos incluso que el fútbol cumple una función social importante: aúna deseos y voluntades de otra difícilmente integrables.
Los detractores del fútbol suelen quejarse estos días. Todo el mundo tiene derecho al pataleo y la queja, pero una minoría no puede imponer su voluntad a la mayoría.
Pocas cosas unen más a una sociedad que un deseo común compartido, sea a través de una catástrofe o de un acontecimiento deportivo de este tipo, así que claramente nos quedamos con el acontecimiento deportivo.
Sólo falta que lo podamos disfrutar con un equipo que presente buen juego y progrese en la clasificación. Suerte y buen juego.
Por Cástor y Pólux.
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