Ayer fue Domingo de Ramos.Gente en las calles, procesiones, bares llenos, vestuarios de fiesta y estreno. Pero también algunas personas, y no pocas, se desplazaron a las playas, a pasar un día con buena temperatura y un sol a ratos atenuado por nubes altas.
En nuestra juventud en Semana Santa se guardaban ciertas... tradiciones, convertidas ya entonces de alguna manera en protocolo.Poco tenía que ver también con la que vivieron nuestros padres en su juventud, y los padres de nuestros padres. No se iba al cine, ni se hacían fiestas, pues el dolor por la pasión de Cristo debía expresarse de alguna manera, y esa manera consistía en no hacer aspavientos de comportamientos "placenteros" (ir al cine a pasar un rato "agradable" lo era, por ejemplo).
La rigidez en las enseñanzas se ha ido deshaciendo con los años, con el aperturismo social, político y personal propio de esta época, aunque ésta no implique necesariamente convertir aquella rigidez en permisividad total.
Pero la fiesta profana siempre ha existido, adaptándose, como lo ha hecho la religiosa, a los nuevos tiempos y mentalidades. El tiempo tampoco pasa en vano por nuestras mentes.
Por Cástor y Pólux.
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