La libertad y el respeto son los dos valores que creemos más importantes. Al menos lo son para nosotros, y ello porque pensamos que están en la base de los demás valores y aptitudes humanas para una vida sin enfrentamientos con los demás.
También el enfrentamiento puede tener su lugar en un momento dado, pero ahora queremos referirnos a la capacidad de compatibilizar las necesidades sociales y las necesidades individuales, y ahí es donde tienen más importancia la libertad y el respeto.
El ser social no puede anular ni someter la individualidad, y ésta no puede expresarse sin libertad ni puede afirmarse sin respeto. El respeto es además, socialmente, límite efectivo entre sus distintas partes, la forma de equilibrar la convivencia.
Libertad y respeto tienen, pues, ese doble componente: social para garantizar la convivencia, e individual para posibilitar ser uno mismo, la emergencia de la personalidad.
Pero a veces la libertad y el respeto han de ser conquistados. Y tal vez esa sea la única lucha que merezca la pena, el único enfrentamiento que valga la pena.
Eso sí, habremos de hablar algún día del ejercicio de esos dos valores, que no está exento de conflictos.
Eso sí, habremos de hablar algún día del ejercicio de esos dos valores, que no está exento de conflictos.
Por Cástor y Pólux.
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