La ley de Murphy es una de las más universales y demostradas que existen. Casi a diario la experimentamos.
Tiene multiples variantes, infinitas casi nos atreveríamos a decir. A una de ellas se nos ha antojado denominarla "efecto inverso". Vamos a explicarla.
Nos sucede cuando al acabar las compras habituales en el supermercado tenemos que elegir una caja para pasar la compra y abonarla. Como es normal nos fijamos en la que tiene menos gente o en la que parece ir más deprisa, con la idea de acabar cuanto antes. A veces no está claro, pero otras sí. ¡ Da igual ! Ahí aparece el efecto inverso para fastidiarnos, porque no sabemos cómo sucede pero siempre acabamos tardando más que en la caja que no hemos escogido.
Elijamos la caja que elijamos siempre nos equivocamos y va más lenta que la otra. Siempre sucede a la inversa de lo que predecimos, de ahí el nombre que le hemos dado, "efecto inverso". ¿Estaremos exagerando demasiado? Les aseguremos que no. Lo hemos probado todo, hasta elegir la caja contraria a la que en un principio elegiríamos, y ni aún así, no hay manera.
Debe ser un efecto extraño de la materia o una percepción psicológica paranormal, no sabemos, tal vez un efecto cuántico desconocido que se manifiesta en el mundo macroscópico...
Es eso, el "efecto inverso", la forma que tiene la naturaleza, o el mundo, o el universo de fastidiarnos. ¿Será que nos lo merecemos?
Por Cástor y Pólux.
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