¿Existe la normalidad psicológica? Parece que no, que no hay un estándar claro por el que guiarnos para saber a qué llamar normalidad. Ya Freud nos hablaba de complejos y todo tipo de alteraciones, en una teoría que parecía dejar claro que la psique se desarrolla a partir de conflictos, tabúes, represiones y demás circunstancias que rellenaban la estructura psíquica del Ello, el Yo y el Superyó.
Hay una gran parte de nuestra estructura psíquica que no controlamos, conformada a partir de hechos y circunstancias del los que no somos conscientes y que actúan con fuerza a través de nuestra personalidad. En el fondo somos unos grandes desconocidos para nosotros mismos.
Tal vez lo más parecido a la normalidad psicológica sea el equilibrio emocional y las respuestas coherentes y sensatas a los problemas que afrontamos. Pero tampoco es fácil determinar eso.
Nuestra mente y su emergencia del cerebro sigue siendo uno de los grandes misterios a que se enfrenta la ciencia moderna. Ni siquiera hay un acuerdo claro en la comunidad científica sobre cómo abordar el problema de la consciencia, pues los mismos científicos, como personas con sus aspectos psicológicos propios, están sujetos a las creencias, conflictos y contenidos inconscientes con los que operan. La religión es un ejemplo de contenido que claramente interfiere o mediatiza la toma de posiciones para afrontar el problema de resolver el misterio de la mente.
Por Cástor y Pólux.
No hay comentarios :
Publicar un comentario