La intuición puede entenderse como otro tipo de conocimiento, aunque no científico. Su validez queda en el ámbito más subjetivo, más aún que la imaginación de la hablábamos ayer, diríamos nosotros.
A pesar de su faliblidad hay cosas de las que estamos seguros (nunca al 100 %) gracias a la intuición.
La intuición es una especie de conocimiento inconsciente basado en "pistas", recuerdos sobre todo, de las que no somos conscientes, o mejor dicho, que no podemos recuperar de forma consciente pero que parecen estar ahí y que de alguna manera nuestra mente utiliza para establecer relaciones y sacar algunas conclusiones a falta de otros recursos. En cierto sentido es más una facultad para comprender que un conocimiento propiamente dicho, pero esa facultad, que no se basa en razonamiento consciente alguno, puede llevarnos a algún conocimiento.
La intuición es muy sutil, tal vez sea simplemente porque se nos escapan los hechos, circunstancias o recuerdos que tiene en cuenta.
Vamos viendo que el conocimiento científico, del que hablamos el lunes pasado, no es la única forma de conocimiento. Vimos ayer como la imaginación puede suponer una vía de conocimiento, o más bien una vía de acceso al conocimiento científico. Hoy hemos visto como la intuición puede ser otra vía de conocimiento.
Por Cástor y Pólux.
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