A pesar de todo, de la crisis, de la estrechez económica, no podemos quejarnos, siempre hay alguien peor. Sólo es cuestión del término que usemos para compararnos. Si lo hacemos con quien está mejor saldremos perdiendo. Como todo o casi todo, según se prefiera, es relativo. Será nuestra actitud positiva o negativa la que lo valore y lo considere positivo o negativo.
Siempre podemos mejorar o empeorar, depende de nosotros y de más circunstancias, pero sentirnos bien o mal por ello depende enteramente de nosotros.
Nuestro carácter suele ser una excusa para justificar la visión positiva o negativa de nuestra situación. Y seguro que en algunos casos lo es, pero no en la mayoría.
Cambiar nuestra visión de las cosas es posible en la mayoría de los casos, pero requiere esfuerzo. Es más cómodo no movernos, no cambiar, decirnos a nosotros mismos "es que soy como soy". Pero pensemos, seguro que en algún aspecto de nuestras vidas hemos cambiado algo cuando nos ha interesado mucho, cuando una fuerte motivación nos ha impulsado a ello.
¡Cuántas personas han descubierto la admiración de los demás cuando ante una situación, más o menos extrema, han actuado y han hecho algo que en otras circunstancias no hacían!
Somos capaces de más de lo que creemos, ¡pero hemos de creerlo! Ese es el primer paso para cambiar algo.
Por Cástor y Pólux.
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