No sabemos, como especia, a dónde vamos, a dónde nos dirigimos. Ni siquiera como personas individuales. Sí, tenemos metas particulares, deseos privados, pero la razón que rige aquéllo que nos une como especie no aparece claramente definida, no se muestra con nitidez, ¿o es que nosotros no sabemos reconocerla?
Ya tenemos bastante con intentar buscar y dar sentido a nuestra particular existencia ... Miramos con ojos ciegos, buscamos en cuartos oscuros, deseamos con el alma contraída ... ¡Cómo vamos a entender así nada! Si ya nos es difícil encontrar, cuánto más buscando donde nada hay.
Fácil es hablar sin tener que hacer, ordenar sin ser nadie, mirar sin tener que ver. Tenemos mucho que aprender, todo, diríamos mejor.
Mañana será otro día y nosotros seguiremos siendo los mismos, con y sin atalaya, la atalaya a la que tanto nos aferramos.
Por Cástor y Pólux.
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