Cuando nos iniciamos
en la astronomía, hace ya muchos años, uno de los fenómenos que más nos
impresionó fue algo sucedido muy cerca, comparado con la lejanía del Cosmos.
Tal vez esa cercanía fue lo que nos hizo sentir la astronomía como una ciencia asequible
y que nos afectaba directamente, aunque fuese en tiempo astronómico. Los
fenómenos no sólo suceden a miles de millones de años luz, sino también aquí,
en nuestra Tierra. Nos referimos a lo sucedido en Tunguska hace ya más de 100
años.
A primera hora
de la mañana del 30 de junio de 1908 se produjo una gran explosión sobre la
cuenca del río Podkamennaya Tunguska, en la Siberia oriental rusa. Devastó más de 2.000 km²
de taiga, derribando unos 8.000.000 de árboles, muchos de los cuales fueron
abrasados por los incendios debidos al incremento de la temperatura de la zona
que acompañó la explosión. Es impresionante ver las fotos del lugar. Seguro que
en la red encontraréis muchas de ellas.
Los testigos
del fenómeno lo describieron como una bola de fuego brillante como el Sol que
tras cruzar parte del cielo estalló de forma súbita. Las ondas sísmicas de la
explosión causaron el movimiento de vajillas y del suelo a más de 400 km . de distancia.
Hasta 1927 no
llegó a la zona la primera expedición científica. Después se sucedieron muchas
más, en 1938 y en las décadas de los 50 y los 60.
De todas las
hipótesis propuestas para explicar el fenómeno, la más probable, o al menos la
que goza de más consenso entre la comunidad científica, es la de la
desintegración en la atmósfera de un asteroide. Es el episodio más cercano y más
documentado que habría de un hecho así.
Nos muestra
por otra parte que nuestro predominio sobre la naturaleza lo es con el permiso
de ésta. Cualquier día un asteroide nos disgrega de nuevo en los componentes químicos
que nos forman, entonces sí que formaremos parte del cosmos de una manera
total. Pero mientras seguiremos creyéndonos los amos de todo, y es que, ¿acaso
no lo somos?
Nuestra foto de cabecera de hoy es de las pocas en las que aparece alguien, aunque sea a lo lejos, pero es que se trata de una persona muy especial, a quien desde aquí le mandamos un beso muy grande. Ella ya sabe quien es. Por cierto, ese lugar está en la provincia de Cádiz, digamos que entre Chiclana y Tarifa, ¿alguien sabría de qué sitio se trata exactamente?
Nuestra foto de cabecera de hoy es de las pocas en las que aparece alguien, aunque sea a lo lejos, pero es que se trata de una persona muy especial, a quien desde aquí le mandamos un beso muy grande. Ella ya sabe quien es. Por cierto, ese lugar está en la provincia de Cádiz, digamos que entre Chiclana y Tarifa, ¿alguien sabría de qué sitio se trata exactamente?
Por Cástor y Pólux.
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