¿Habéis sentido alguna vez la necesidad de un cambio en vuestras vidas?, ¿de un cambio radical?
A veces se convierte en una sensación muy fuerte, en una necesidad que quema por dentro. Generalmente no hacemos nada al respecto, porque no es fácil. Pero hay que andar con cuidado, pues puede producir mucha frustración, desencanto, desánimo y sentimiento de incapacidad, y todo ello llevarnos a una visión tergiversada de lo que realmente nos sucede. ¡Cuán complicado se nos antoja todo!, o al menos ¡cuán complicada se nos antoja nuestra naturaleza!
Por otro lado la simplicidad, el realismo, la mirada objetiva y certera ..., en definitiva la virtud (porque es una virtud) de no complicarse la vida. Pero hace ya tanto tiempo que sabemos y aceptamos que no somos virtuosos ...
No sabemos donde mirar para ver, donde atender para escuchar, a qué entregarnos para comprender. Somos como la boya de la foto de hoy, solitaria en medio del mar, flotando sobre el abismo.
Los ojos, cansados, se entornan, pero no pueden cerrarse. Lo intentan, pero algo les retiene, como si supiera que si lo hacen no volverán a abrirse.
Y eso que nuestros problemas no lo son de verdad, son los de quien los tiene todos resueltos.
Vayamos a algo más trivial y mundano. Ayer tuvimos un problema inesperado de última hora que nos impidió cambiar la foto de portada de nuestro blog, una de nuestras señas de identidad -nada imputable al soporte gratuito de Blogger-. Hoy ya hemos puesto una nueva, esperamos que os guste.
Y mañana el fin de semana ...
Por Cástor y Pólux.
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