¡Qué lección!, la de quien tan poco tiene y se siente agradecido.
Tal vez nuestro defecto sea tener demasiado, más de lo que realmente necesitamos, y creernos además con derecho a ello. ¿Qué derecho es ese que nos lo otorgamos nosotros mismos?
A veces me da vergüenza ser incapaz de renunciar a nada, porque otras ni siquiera me da vergüenza.
Me perdí el día que comencé a buscarme. ¡Qué osadía esa de querer encontrarse!
Cualquier día talo la atalaya y me olvido de todo.
Por Pólux.
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