Y llegó el fin de semana, también a nuestra atalaya.
El frío viento, al que dio paso la brisa que levantara el vuelo de las gaviotas en verano, recorre cada tarde el páramo desierto de mi frente, y ondea extraños sonidos en su pugna con la altiva atalaya.
Así como en la atalaya, todo es una constante lucha. Contra uno mismo, contra los demás, contra lo demás ..., hasta contra lo que pueda ser imaginado.
Y mientras, el tiempo con su particular carrera ...
La fotografía de hoy, el brote de una flor con el color modificado y saturado, símbolo de la singular aprehensión de nuestra mente, nos gusta lo suficiente como para utilizarla también mañana.
Y hablando de mañana, nuestro colaborador Francisco García nos presentará una nueva canción. Os esperamos para escucharla.
Por Pólux.
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