La vida, la existencia misma, es algo tan radical que pararse a pensar en ello da un vértigo difícil de soportar, tanto que si insistimos acaba produciendo el vómito. No me entiendan mal, no he dicho, como es posible que alguien haya creído entender, que la vida produce el vómito, no, lo que lo produce es tomar conciencia de lo radical de su significado, de lo que implica estar vivo para un ser que toma conciencia de ello y tiene la necesidad de entenderlo.
Es radical porque busca la razón última, y esta búsqueda es fundamental y esencial, como lo es el ansia que produce el desconocimiento de la propia conciencia.
La razón, lejos de ser una herramienta, se convierte, frente a la toma de conciencia, en una tortura dolorosa y un sufrimiento sin final.
No hablo por hablar. ¿Sabéis a lo que me refiero?, ¿habéis sentido alguna vez ese dolor íntimo simplemente por ser y existir? No importa, es mejor si no lo habéis sentido, pero que nadie juzgue lo que no entiende.
Si os divertís y lleváis una vida afable y distraída es que podéis hacerlo. Yo también lo prefiero, y cuando puedo lo hago. Pero cuando el vértigo se presenta..., el vómito se convierte en la realidad más cierta y lo demás parece un juego.
Por Pólux.
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