Que cansancio de publicidad. Hay anuncios televisivos que son insufribles, pero peor que eso es que van dirigidos a un público, todos nosotros, que suponen bobalicón y con la mentalidad influenciable de un niño, y en particular de un niño pánfilo, a juzgar por su contenido.
Pero aún peor que todo ello es que los publicistas ..., tienen razón, por más que me moleste reconocerlo. Y es así porque tales anuncios absurdos y ridículos funcionan, ejercen la influencia que persiguen, consiguen la atención consciente o subconsciente de nuestra mente y nuestros sentimientos. Esa es la realidad. Aunque también podrían apelar a otro tipo de sentimientos que no requiriesen rebajar tanto el nivel de nuestra capacidad intelectiva. Pero lo otro es más fácil y prácticamente de la misma efectividad.
Parece que tenemos lo que nos merecemos, pues si no nos afectase ese tipo de publicidad tan denigrante sencillamente no la harían.
Hay que reconocer, algo es algo, que no todos los anuncios son así, aunque sí la gran mayoría.
Por Pólux.
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