"Nada hay que, no siendo lo que es, sea lo que es."
Las palabras pueden utilizarse como se quiera siempre que gramaticalmente formen una frase correcta, aunque lógica y racionalmente sean una "aberración". Algo así le sucede a la frase con la que comenzamos esta entrada. Parece ser una tautología, pues su simple construcción lógica es verdadera, y viene a decir, más o menos que nada es lo que es si no es lo que es, es como decir que uno es igual a uno, también una tautología, aunque muy elemental.
Nuestra mente puede trabajar con tautologías y constructos mentales sin problemas y con independencia de su racionalidad. Podemos decir algo y seguidamente su contrario sin que ello nos suponga ningún problema. El problema está en la restricción que impone la realidad, que opera en una categoría vital distinta al pensamiento. En términos generales y válidos para nuestra explicación, la realidad no permite simultáneamente un acto y su contrario. No es posible la contradicción. Por ello no todo lo pensado tiene una base real.
Pensamientos, creencias e ideas, entre ellas la filosofía y la religión, no están en el mismo plano que la realidad, que impone restricciones que la mente desconoce.
[Sobre el mismo tema ver la entrada "Mente y realidad"].
Por Pólux.
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