El primer partido de España en la Eurocopa 2016 y el debate de los cuatro principales candidatos a la presidencia del Gobierno Español parece mucho para un sólo día. Pero ayer fue así, sucedieron ambas cosas.
El partido lo ganó España, eso sí, haciéndonos sufrir un poco como va convirtiéndose en costumbre últimamente. Pero ante una victoria se perdona todo.
El debate ya es otra cosa. Al margen de las ideas políticas, Rajoy, lejos de lo que pudiera parecer, iba en la posición más "cómoda". Era predecible que los otros tres candidatos, Sánchez, Rivera e Iglesias, le atacarían y en qué temas (paro, corrupción, etc.), de forma que Rajoy iba cargado de datos para contrarrestar los que los demás ofrecían. "Cómoda" en el sentido de que no tenía que crear tanto como los demás en el debate, sino defenderse con los datos de su gestión.
A mi entender Sánchez fue el más agresivo de los cuatro. Personalmente creo que ello, notándosele tanto, no le benificia, más bien al contrario. Aprendió en parte la lección del anterior debate con Rajoy y evitó la descalificación personal, pero su tono duro y directo fue el mismo. En las anteriores elecciones obtuvo el peor resultado del Psoe en su historia. Veremos el próximo día veintiséis.
Rivera tenía claro quién era su verdadero enemigo, su rival directo, Iglesias. Le atacó con dureza una y otra vez, también a los demás, pero no como a él.
Iglesias me sorprendió mostrándose moderado y cauteluso. Me prece que ello respondió a una cuidada y medida puesta en escena, pues no suele ser tan moderado.
En fin , son unas primeras impresiones nocturnas tras el debate.
Por Pólux.
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