La culpa, displicente hacia nosotros, se muestra con falsas razones en los demás. Si nuestra naturaleza biológica necesita mecanismos de defensa, nuestra naturaleza emocional los necesita aún más, pues la cordura mental y emocional es tan importante como la integridad física para la vida, incluso diría que más.
La profilaxis mental autoprevenida (la que procura inconscientemente la propia mente) crea mecanismos como los de autoinculpar a los demás antes que a nosotros, aún siendo nuestra la culpa, a falta de una profilaxis reflexiva (consciente y voluntaria) que resuelva satisfactoriamente el problema de asumir la culpa.
Lo que parece claro es que nuestra mente necesita algún mecanismo para no dejar de ser funcional ante el irresolución de un problema (mecanismo de supervivencia), y, o le damos una solución efectiva, o la buscará ella aún a costa de no resolver el problema de raíz. Y es que la mente, como nuestros deseos, se contenta fácilmente con lo inmediato siempre que ello dé continuidad hacia el futuro. Los problemas del futuro ya se resolverán si aparecen.
Por Pólux.
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