La negatividad es una espesa masa, entre gelatinosa y líquida, que se desliza, impasible, desde los pelos de la cabeza al último poro de la piel de la planta de los pies, cubriendo con su sentir pastoso y pegajoso cada pensamiento, cada idea, cada argumento. Es difícil deshacerse de tan desagradable y adiposa presencia.
Pero cuando tal presencia proviene del quehacer ajeno, de quien la escupe a los demás cual demonio embravecido, parece resultar más molesta por cuanto la sentimos asquerosamente ajena y puede resultar más difícil luchar contra ella, pues no depende de nuestro propio esfuerzo el erradicarla.
Por Pólux.
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