En esta era tecnológica digital tan desarrollada y evolucionada, en la que dicen estar todo al servicio de nuestras necesidades, para hacernos la vida más fácil y más feliz, como reza sin cesar la publicidad, resulta que al menor descuido estás "perdido".
Sí, al menor descuido el Banco te cobra comisiones, la compañía de teléfonos te aplica no se qué tarifas (siempre más altas, nunca al revés), la compañía de electricidad te cobra un 150% más que la factura anterior y es imposible saber por qué, la Administración te cobran un impuesto nuevo o no te puedes desgravar algo que compraste porque no tenía tal impuesto o podías desgravar, el IPC sube como una escalera empinada y los sueldos como una vana ilusión (aunque esto nada tiene que ver con el descuido, aunque duele igual), y así hasta que se canse uno de contar.
Y ahora reclama, ¡estás perdido!, pura indefensión. Y es que el Estado, que dicen tiene por objeto mejorar nuestro bienestar, en realidad vive al amparo de todas esas compañías y demás que nos la "pegan" en cuanto pueden, y a las que han de permitir subsistir para subsistir él mismo. Al Estado le es más fácil "traicionar" la confianza del ciudadano que la de la compañía que necesita para que el sistema funcione.
Cuestión de intereses, sólo que esos intereses nunca son los nuestros.
Por Pólux.
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