CORRUPCIÓN IDIOSINCRÁTICA.

En una encuesta que se publicaba ayer o anteayer se reflejaba que una de las mayores preocupaciones de los españoles (de los encuestados) era la corrupción política, muy por encima de la preocupación por el desgobierno y otras cuestiones.

Dando por válidos los resultados de la encuesta (habría que ve cómo se ha hecho, me refiero a las preguntas realizadas y la forma de sacar las conclusiones), me da la impresión de que los españoles no somos muy honestos. Es una apreciación particular mía. Y lo digo porque me llama la atención que en un país donde el que puede lo más mínimo defrauda a hacienda, se trae cosas de la oficina a casa (sobres, folios, bolígrafos, grapadoras, algún ratón por ahí perdido, etc.), se salta la cola y se cuela, se apoya en algún familiar o conocido que trabaja en un Ayuntamiento o un Hospital para conseguir una audiencia o una cita por delante de los que llevan tiempo esperando para lo mismo, en fin, que en un país en el que se aprovechan las circunstancias (amigos, familiares) para su beneficio propio, nos llevemos las manos a la cabeza por ver hacer a los políticos eso mismo, sí, eso mismo. Si lo hacen a mayor escala es simplemente porque pueden. Nosotros lo hacemos a menor escala porque es a la que llegamos.

Es la idea ya expresada más de una vez aquí en Obtentalia, vieja idea por cierto, de que la política y los políticos son el reflejo del pueblo, como así lo son también otras expresiones populares (el arte, las fiestas populares, etc.). Corruptos los hay en política, en la empresa privada y en la comunidad de propietarios, porque de alguna manera esa forma de actuar está impresa en nuestra idiosincrasia. No quiero decir con ello que seamos un pueblo corrupto, sino que somos un pueblo dado a la pillería y el aprovechamiento personal, lo que extrapolado a situaciones de mucho poder, como en la política, puede acabar, como en algunos casos sucede, en corrupción.

Sinceramente creo que España tiene problemas mucho más importantes y de acuciante solución que la corrupción, entre otras cosas porque la corrupción tiene fácil solución, pero para ello hace falta la clara voluntad de los gobernantes, a los que no parece importarles, no sé si será porque un día les puede tocar a ellos.

Por Pólux.