Parece que se van aclarando los intereses políticos, porque los interese del pueblo ya quedaron claros en las urnas. Pero como se le escapó a Artur Más hace no mucho, los errores en las urnas ya los arreglan los políticos con sus pactos.
No voy a defender a ningún político ni a ninguna tendencia, tan sólo voy a intentar ser objetivo basándome en los hechos sucedidos.
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no paran de hablar de la voluntad del pueblo, y parecen olvidar que la mayoría del pueblo no ha votado sus voluntades, sino la del PP. Cada uno puede pactar con quien quiera, y tienen derecho a hacerlo, y es lícito, pero que no nos vendan que su posible coalición dimana de la voluntad del pueblo.
Los intereses en los pactos son políticos y en nada creo que reflejen los intereses populares, por ello los pactos han de hacerse para obtener ventajas de gobierno -mejoras que reviertan en el pueblo-, pero no ventajas personales para gobernar o no.
Cuando Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se han mirado al espejo y se han sentido por un momento Presidente y Vicepresidente, respectivamente, del Gobierno, las diferencias irreconciliables que hasta ahora lo eran, empiezan a parecer menos irreconciliables.
Me parece bien que pacten si son capaces de llegar a acuerdos, pero que tengan un poco de respeto por todos los que no les han votado (muchos más que los que a cada uno de ellos ha votado), cosa que no acabo de ver, dado ese frente común, como han dado en llamar, frente al PP.
Les daré un voto de confianza, pero el pacto PSOE-Podemos me parece más un asalto al poder (lícito por supuesto), que la voluntad de aunar esfuerzos para conseguir un gobierno lo más estable posible que ayude a España.
El tiempo dirá si me equivoco o no.
Por Pólux.
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