En más de una ocasión he manifestado que no creo en la bondad de las personas, sólo en las personas bondadosas que lo demuestran con sus actos. Porque hay personas verdaderamente miserables, capaces de hacerse daño a sí mismas con tal de hacérselo a otros.
Sí, hay personas que manipulan todo cuanto les rodea, amigos, familiares e hijos incluidos, con tal de conseguir lo que quieren. La autoconsciencia es su problema, como suele serlo en casi todo, pues nadie se considera un miserable por más evidente que sea.
Tales comportamientos son verdaderas disfunciones psicológicas, enfermedades mentales caracterizadas por una falta total de realismo y empatía en el trato con los demás. Esas personas son dañinas y tóxicas, y lo mejor que nos puede pasar es no cruzarnos con ellas.
Por Pólux.
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