Nos gusta sentirnos merecedores de lo que no tenemos, y acabamos creyendo que así es. Pero queremos que tal merecimiento sea además reconocido por los demás, sin pararnos a pensar que lo que realmente importa es nuestro propio convencimiento de ello con razones y motivos que aporten seguridad interior. Sólo entonces comenzaremos a tener fortaleza interna, única forma de seguridad estable, no dependiente del cambiante parecer de los demás.
Necesitar la aprobación de los demás es seña de debilidad, pues quedamos a ellos sometidos, perdiendo nuestra independencia. Sólo dependiendo de nosotros mismos obtendremos la seguridad y la libertad que necesitamos.
Por Pólux.
No hay comentarios :
Publicar un comentario