A veces damos por sentado lo más cotidiano, tanto que no se nos ocurre preguntarnos por ello. Qué más cotidiano que una mesa, un ordenador, un automóvil, el suelo, el aire, nuestro propio cuerpo... ¿Qué tiene todo ello en común? Parece una pregunta trampa, pero no, intente responder con lo más básico y evidente, con lo más elemental. Todo es materia.
¿Por qué existe la materia con la que están hechos todos esos objetos? Seguramente todos responderíamos algo así como "pues porque existe, porque está ahí".
Pero hay una rama de la ciencia que se pregunta especialmente por su origen, y es la cosmología.
La materia de la que estamos hechos consta principalmente de protones y neutrones, que componen los núcleos atómicos. Estas partículas se llaman bariones (del griego barys -pesado-), y son unas 2.000 veces más pesados que los electrones. A su vez los bariones se componen de partículas menores llamadas quarks. El origen de estas partículas sigue siendo una incertidumbre para la ciencia.
En un interesante artículo publicado en el especial "Temas 72: Origen y evolución del universo" (abril/junio 2013), de la revista "Investigación y ciencia" (edición española de "Scientific American"), el físico James M. Cline, profesor de física de la Universidad McGill, en Montreal, que ha trabajado en física de partículas y su relación con la cosmología, escribe lo siguiente:
"¿De dónde proviene la materia? Quizá no deje perplejos a muchos que existamos y nos rodee la materia, que no sea el mundo un mero baño de microondas. Mas, para un cosmólogo, la existencia de materia es desconcertante, un problema que no ha encontrado solución desde que la física teórica hubo de planteárselo hace casi cuarenta años. Las mejores teorías acerca del origen del universo no ofrecen todavía una explicación."
Por Pólux.
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