Hoy quiero recordar unas palabras, creo que acertadas, al menos en el acotado contexto de esta entrada, del psiquiatra y filósofo Wilhelm Reich (1897-1957), muchas de cuyas ideas fueron tachadas tanto de lúcidas como de delirios. Y seguramente tuvieron ambas componentes. Pero hoy sólo quiero reproducir las siguientes palabras contenidas en su Libro "La revolución sexual".
“En el conflicto entre el instinto y la moral, entre el ego y el mundo exterior, el organismo psíquico se ve obligado a acorazarse, a encapsularse, a hacerse “refractario” tanto contra el instinto como contra el mundo exterior. De este acorazarse del organismo psíquico, se deriva una limitación, más o menos acusada, del estado de disponibilidad para la vida y de la actividad vital. Hay que señalar que la mayor parte de los seres humanos están sometidos al peso de esta coraza: un muro se alza entre ellos y la vida. Este es el motivo principal de la soledad de tantos hombres en el enjambre de la vida colectiva."
Por Pólux.
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