El continuo intento por satisfacer los deseos y por alcanzar las metas marcadas hacen resaltar en la vida la no consecución de esos objetivos, esto es, la insatisfacción.
La forma en que nuestra cultura afronta la vida convierta a ésta en una continua lucha contra la insatisfacción.
Yo quiero... que me quieran, que me miren, que me digan, que hagan... Si el deseo propio ya suele derivar en insatisfacción, el deseo enfocado hacia los demás es garantía de insatisfacción.
Si esperar excepcionalmente algo de alguien tiene ya mucha probabilidad de error, esperar de los demás como norma en un evidente error. Creo que no es pesimismo ni derrotismo, sino sólo la constatación de un hecho.
Por Pólux.
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