Corro creyendo que llegaré antes, pero tropiezo más fácilmente.
Abro bien los ojos queriendo ver más lejos, pero la luz me deslumbra.
Abro con fuerza mi corazón a quien se me acerca para querer y ser querido, pero junto con el amor penetra en mÍ la decepción y la mentira.
Grito alto, muy alto, para ser escuchado, y el silencio me abarca ajeno a mi petición.
Ser, quiero ser, pero no se me muestra el camino para alcanzarlo.
Es tal mi deseo de ver... ¡y no encuentro qué mirar!
Por Pólux.
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