Y llegamos al sábado.
El interior de la cabeza fluye sin descanso. Una idea, una sensación, una mirada, bastan para desencadenar una cascada irrefrenable de ideas y pensamientos. El cerebro se va agotando y con él la capacidad para ver con claridad. Y a pesar de ello, contrariamente a lo esperado, con el tiempo parece verse con más claridad, pues con la experiencia se descarta con más facilidad lo superfluo, ¿o es sólo lo que nos parece? Es sólo un punto de vista.
El interior de la cabeza fluye sin descanso. Una idea, una sensación, una mirada, bastan para desencadenar una cascada irrefrenable de ideas y pensamientos. El cerebro se va agotando y con él la capacidad para ver con claridad. Y a pesar de ello, contrariamente a lo esperado, con el tiempo parece verse con más claridad, pues con la experiencia se descarta con más facilidad lo superfluo, ¿o es sólo lo que nos parece? Es sólo un punto de vista.
Aunque de nada sirve ver con más claridad si no hay o no encontramos donde mirar. Y eso intentamos desde la atalaya, una búsqueda incansable e incesante. ¿Dejaremos algún día de buscar?
Por Pólux.
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