Una gaviota volando sobre el mar, bajo el cielo del atardecer. Anhelo humano el de soñar con ser recordado más allá de ese atardecer, o el de obtener una libertad simbolizada en el vuelo de la gaviota, premisas intelectuales para admitir la posibilidad de conseguir lo hasta entonces irracional.
El progreso de la humanidad (al menos la que progresa) va de la mano del progreso tecnológico, la estabilidad y el bienestar de la misma, y queda por ello sujeto al difícil equilibrio de esos tres aspectos, dificultad que no debiera ser asumible por el sistema, al que ya muchos piden la lenta pero segura vía de la estabilidad, frente al débil equilibrio asumido por la estructura que, a pesar de su crecimiento, principal valor, nos ha llevado a la actual situación de crisis.
Tendríamos que renunciar a muchos privilegios para seguir esa vía más segura pero menos productiva y menos cómoda. El tiempo nos dirá si acaso llega a plantearse seriamente tal posibilidad.
Por Cástor y Pólux.
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