No hace falta ser de determinada manera, es suficiente con parecerlo. Sólo se nos conoce por dentro mostrándonos, y aunque solemos hacerlo inconscientemente en cada acto, podemos controlarnos para dar una apariencia determinada.
Es esa un arma muy poderosa que sólo algunos saben utilizar. En la publicidad o en los negocios, por ejemplo, es de uso común.
Todo el mundo cree conocernos, lo que no deja de ser una manifiesta ignorancia de la que se puede sacar provecho. La cuestión ética es ya otro tema.
Todo el mundo cree conocernos, lo que no deja de ser una manifiesta ignorancia de la que se puede sacar provecho. La cuestión ética es ya otro tema.
Por Cástor y Pólux.
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