El calor sigue apretando este verano. Pero en realidad no lo hace más que en otras ocasiones. Lo que sucede es que la memoria del calor, del frío o del dolor es muy olvidadiza, y siempre nos parece que el último porrazo es el que más duelo, los últimos cuarenta grados han sido los más calurosos o la última nevada la más fría.
La percepción de nuestros sentidos suele ser la misma, pero la interpretación de nuestro cerebro varía dependiendo de más factores que los puramente físicos. El cansancio, el malestar, el estado de ánimo o el momento psicológico que atravesamos influye en la interpretación de las sensaciones, volviendo lo más o menos objetivo en subjetivo.
Nuestra mente es un filtro que quita o añade, que envuelve o destapa, que crea o destruye, pero nada deja indemne.
La percepción de nuestros sentidos suele ser la misma, pero la interpretación de nuestro cerebro varía dependiendo de más factores que los puramente físicos. El cansancio, el malestar, el estado de ánimo o el momento psicológico que atravesamos influye en la interpretación de las sensaciones, volviendo lo más o menos objetivo en subjetivo.
Nuestra mente es un filtro que quita o añade, que envuelve o destapa, que crea o destruye, pero nada deja indemne.
Por Cástor y Pólux.
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