¿Por qué no solemos estar seguros de nosotros mismos cuando somos lo único seguro que tenemos? Tener fortaleza y creer en uno mismo es más fácil de lo que pareciera. Lo único que nos lo impide es la inseguridad.
Y somos inseguros porque nadie nos ha educado ni nos ha formado en la seguridad. Nos enseñan matemáticas, literatura, química, nos enseñan a hablar de usted, a ser respetuosos, nos enseñan a que tenemos que estudiar, para labrarnos un futuro. Nos enseñan el fútbol, la Semana Santa, la religión ...
Pero, ¿quién nos enseña a vivir, a distinguir lo importante de lo trivial en esta vida, a saber conocernos y tener confianza en uno mismo, a tener fortaleza interior? No nos enseñan porque quien debiera hacerlo tampoco lo sabe, o le es difícil enseñarlo. Pero hay que romper esta cadena de innecesarias ausencias. Sí, ausencias del conocimiento que verdaderamente importa para afrontar la vida y la relación con los demás. Sabemos que no es fácil, pues quien debe aprenderlo no suele dejarse por su juventud e inexperiencia, y quien debe enseñarlo no sabe o le cuesta hacerlo. Pero en algún momento habrá que romper la cadena.
¿Qué hemos hecho o hacemos nosotros por nuestros hijos en ese sentido? Sí, decimos haz esto, no hagas lo otro. Pero no damos razones ni explicaciones.
Aprendemos a vivir a base de "porrazos" y fomentamos que nuestros hijos aprendan de la misma forma. Somos responsables de ello y de que no cambie.
Por Cástor y Pólux.
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