Son muchas las aves adaptadas a
la vida urbana. Desde la cigüeña que anida en espadañas y otros lugares altos,
hasta palomas que a veces inundan plazas y parques.
Las ventanas del piso donde he
vivido unos dos años, hasta hace apenas unos días, dan a una Plazuela (Plazuela
de la Fábrica de Telares, Utrera, Sevilla) con naranjos, no
especialmente grandes, y parcialmente cubierta de césped, como se muestra en la
foto (pulsar sobre las fotos para verlas a mayor tamaño).
Plazuela de la Fábrica de Telares, Utrera, Sevilla.
Mirando por una de las ventanas
sentí curiosidad por saber cuáles eran las aves que veía, ya que no soy ni
experto ni siquiera aficionado a la ornitología. Pude observar las seis
siguientes.
1- En la zona habitan durante todo
el año un numeroso grupo de gorriones,
que pueden contarse por cientos, según mi propia estimación, realizada en los
atardeceres cuando van y vienen para posicionarse en los naranjos a pasar la
noche. Son las aves más abundantes y se les puede ver fácilmente en el suelo.
Cuando empieza a clarear el día, hora u hora y media antes del amanecer,
comienza su llamativo trinar. Tras la puesta del sol, cuando el día comienza a
oscurecer, revolotean sobre los naranjos, se posan, vuelven a revolotear,
cambian de naranjo, se apelotonan a más altura y vuelta a empezar. Un curioso
espectáculo.
2- En primavera y verano aparecen
las golondrinas, con su vuelo
elegante, veloz y preciso. Es todo un gusto verlas bordear la Plazuela con su
llamativo vuelo. Me recuerdan mi infancia y niñez, vivida en una gran casa de
la calle Ramón y Cajal (hoy ocupada por pisos), en la que las golondrinas
volaban con rapidez y precisión por el pórtico del espléndido patio, separado
de la entrada por una pesada y alta cancela que nunca olvidaré, porque me cortó
el extremo de un dedo.
3- También se ven los mirlos, negros y con el pico anaranjado,
de mayor tamaño que las golondrinas. Las hembras tienen un color más pardo. Como los gorriones, pueden verse con facilidad en el suelo.
4- Otra ave que puede observarse
es la paloma, normalmente sobre cornisas y partes altas. En las ciudades, y por tanto también en la Plazuela, se ven la especie paloma bravía, o paloma doméstica, totalmente adaptada al entorno urbano
5- Como profano en la materia
antes era incapaz de distinguir una paloma de un tórtola (que me perdonen los ornitólogos y aficionados), también
visible en partes altas. De tamaño similar, la tórtola tiene un color más
uniforme, beige grisáceo (la paloma puede tener tonos grises oscuros, colores mezclados
y hasta blanco). Además a la tórtola que habita por aquí, tórtola turca, le
caracteriza una lista negra que rodea los laterales y parte posterior de su
cuello a modo de collar. También tiene un canto muy particular y distinto al de
la paloma, por el que puede identificarse en la distancia, ya que tiene gran
alcance.
6- Y por último (la más difícil de
ver) hace su aparición algunas noches la lechuza, ave rapaz nocturna que acude a la Plazuela en busca de gorriones, a la que pude
distinguir sin dudas al volar en alguna ocasión muy cerca de la ventana. Lo más pronto que he llegado a verla ha sido sobre las 11:30 h. de la noche, pero es más habitual verla de madrugada. La he
podido observar intentado cazar algún gorrión, e incluso llevándose uno entre
sus garras. Para verla cazar hay que ser muy paciente, pues se toma su tiempo.
A veces puede estar media hora (y hasta más tiempo) observando y al acecho, posada sobre algún naranjo, prácticamente inmóvil, hasta que se lanza a su interior
para tratar de atrapar algún gorrión. Es el ave de más envergadura que puede
verse en la Plazuela, y su vuelo majestuoso con sus alas extendidas es todo un
espectáculo.
Puede que me haya dejado algún ave atrás, pero mi conocimiento es tan limitado en este terreno que tal vez no haya sido capaz de verla.
Francisco García Navarro (Pólux).