Llegaron las fiestas navideñas, y con ellas el consumismo y la publicidad. Independientemente de las creencias con las que se vivan estas fiestas religiosas, creo que no hay duda en que tienen una componente fuertemente consumista. Y el motor del consumo es la publicidad.
El producto es importante, pero sin publicidad difícilmente llega a los consumidores. Al final la publicidad -el medio para conseguir algo- se convierte en más importante que el producto mismo. No hay más que ver que un producto bueno sin publicidad no se vende y uno malo con publicidad puede venderse fácilmente.
Sólo quiero advertir sobre la publicidad en todas sus facetas. Porque también es publicidad la labia de un vendedor a la hora de convencernos en que compremos determinado producto.
Por lo demás, felices fiestas a todos y que podáis disfrutar de ellas, y a los que no ...
Por Pólux.
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