Y así vamos, entre risas y sollozos, alegrías y desvelos, caídas y reinicios, resplandores y penumbras, anhelos y decepciones ..., como la propia vida nos lleva. Pero siempre con el deseo de vivir, sean cuales sean las circunstancias, instinto necesario para que, a pesar de todo, queramos seguir viviendo.
La mente puede y sabe tomar derroteros ideales presentados verosímilmente como reales. La mente puede imaginar, la realidad sólo es, e impone restricciones que la imaginación puede obviar.
Por Pólux.
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