JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
EL ADIÓS
Primero, ¡con que fuerza
las manos verdaderas!
(La verja se ha cerrado.
Se cruzan solitarios
el corazón y el campo).
¡Con que porfía luego,
las manos del recuerdo!
No sé si mirar arriba, adentro o abajo, porque lo que encuentro frente a mí es más de lo mismo, de lo mismo que yo soy quiero decir. ...
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