El móvil se ha convertido, entre otras cosas, es una excusa para la mala educación. En la mesa comiendo, en una conversación entre amigos, en el trabajo, en una reunión, en un acto litúrgico o protocolario ..., nunca es mal momento para atender una llamada o escribir mensajes en un grupo o a un amigo.
La nueva norma, la que están aprendiendo los aún niños, es la de dar preferencia al sonido del móvil antes que atender a quien les saluda en persona o quien está hablando con ellos.
Ya vemos que la educación se desaprende con más rapidez que se aprende.
Por Pólux.
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