Una teoría de la crítica musical, como cualquier teoría de la crítica, debe definir los aspectos objetivos en los que se basa, desde los puramente formales (calidad, recursos musicales, análisis de la estructura, uso de convenciones) hasta otros que valoren la creatividad y la originalidad, la parte más subjetiva del proceso y por tanto, necesitada de una clara definición de conceptos.
Los aspectos emocionales, sin duda muy importantes en el gusto por la música, deben ser analizados, tras los aspectos formales y creativos, como una cualidad subjetiva en la aprehensión de la composición musical, y no como una condición de su calidad.
Lo distinto, sólo por ser distinto, no tiene en sí el ser original. Hacer algo distinto en la música es muy difícil, pues prácticamente están inventados ya todo tipo de recursos, pero hacer algo original es lo que define a un buen músico (aunque previamente hemos de ponernos de acuerdo en el contenido semántico asociado a "original").
La previa denotación de los hechos no resta eficacia a la connotación que de los mismos viste nuestra mente al conocer, es decir, al interpretar el mundo. Así, la música es altamente connotativa y llena, por tanto, de ricos matices que la razón no crea por sí misma.
La previa denotación de los hechos no resta eficacia a la connotación que de los mismos viste nuestra mente al conocer, es decir, al interpretar el mundo. Así, la música es altamente connotativa y llena, por tanto, de ricos matices que la razón no crea por sí misma.
Por Pólux.
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