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sábado, 11 de julio de 2015

CONCLUSIONES TRAS IR AL CINE Y COINCIDIR CON NIÑOS.


¡Los niños...!, que bonitos, buenos, inocentes..., pequeñas criaturas..., pequeños monstruítos diría yo. ¡Qué pena que sean tan incompatibles con la vida adulta! Ejemplos a montones, pero hoy sólo una pincelada. 

¿Han ido al cine y mientras esperaban a que empezara la película ha entrado una pandilla de diez o doce niños y niñas de once o doce años? ¿A que se echan a temblar, verdad? Si no se les ha dado el caso ruego lo imaginen y se pongan en situación.

Eso me pasó el otro día. Mira que el cine era grande y estaba casi vacío..., pues van y se sientan al lado y detrás mío. Ya veía venir yo el desastre...

No aguantaron callados ni diez minutos. Empezaron a hablar, a pasarse chucherías, a cambiarse de sitio, los de detrás a dar con sus pies en mi respaldar..., todo menos ver la película. Todavía me estoy preguntando para qué fueron al cine.

Les mandé callar porque aquello comenzaba a ser un gallinero. El efecto de mi advertencia duró apenas unos minutos. Seguramente fue hasta contraproducente.

Y cuando acabó la película y se marcharon (salieron espetados casi antes de que pusieran el final) se vio la marea negra que dejaron. Así como un perro deja como huella su "meada", esa pandilla dejó como huella un montón de basura y palomitas por el suelo, que más que comerlas pareciera que las hubieran vomitado. Ni uno sólo se dignó a coger su cartucho o su vaso de bebida o su bolsa de "chuches" para tirarlo en la papelera. "Por los hechos os conocerán". Comían como cerdos, hablaban como cerdos, ensuciaron como cerdos..., va a ser que eran unos cerdos. ¡Qué pena de educación! ¿Quién tiene fe en las futuras generaciones? Que vaya al cine con una "piara" de niños y verá que pronto la pierde. Desde luego a mí, si alguna fe en la infancia me quedaba, como salvadora y regeneradora de la vida social y política futura, la perdí el otro día en el cine.

¡Ole por las futuras generaciones!

Por Pólux.


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