A partir de hoy habrá un pequeño cambio en las entradas diarias. Si observáis esta entrada hasta el final lo descubriréis... ¡Efectivamente! Estarán firmadas sólo por Pólux. Cástor sigue siendo cofundador y colaborará siempre que lo desee y lo crea oportuno. Respetamos su decisión por supuesto. Así que a partir de ahora estas entradas no estarán escritas en plural, sino en la singularidad de Pólux.
Ahora me quedaré solo en mi atalaya (bajo el mismo sol de la fotografía de
cabecera de hoy, que aquí reproducimos), aunque no por ello menos ilusionado en la inútil pero necesaria búsqueda que nos ha movido hasta ahora a Cástor y a mí, propia, por otra parte, de la naturaleza humana. "Buscando la verdad que no hay...", como decía nuestro colaborador Orfeo en su canción "Buscando".
Y hoy a vueltas con la falta de respeto, pequeñas faltas de respeto pero muy molestas en ocasiones: aparcar en plazas de minusválidos sin serlo, colarse en una cola, "apretar a otro" para "sacarle" algo a un precio a sabiendas inferior al que tiene, abusar de la confianza de otro, el cotilleo infundado, ignorar al alguien que tenemos al lado, y tantas otras pequeñas cosas...
No se trata de la importancia que tienen en sí tales cosas, sino de la falta de respeto que indican hacia los demás, un principio básico, a mi entender, para la convivencia. Y sí, todos somos en ocasiones los irrespetuosos, razón de más para tomar conciencia de ello.
Ahora me quedaré solo en mi atalaya (bajo el mismo sol de la fotografía de
cabecera de hoy, que aquí reproducimos), aunque no por ello menos ilusionado en la inútil pero necesaria búsqueda que nos ha movido hasta ahora a Cástor y a mí, propia, por otra parte, de la naturaleza humana. "Buscando la verdad que no hay...", como decía nuestro colaborador Orfeo en su canción "Buscando".
Y hoy a vueltas con la falta de respeto, pequeñas faltas de respeto pero muy molestas en ocasiones: aparcar en plazas de minusválidos sin serlo, colarse en una cola, "apretar a otro" para "sacarle" algo a un precio a sabiendas inferior al que tiene, abusar de la confianza de otro, el cotilleo infundado, ignorar al alguien que tenemos al lado, y tantas otras pequeñas cosas...
No se trata de la importancia que tienen en sí tales cosas, sino de la falta de respeto que indican hacia los demás, un principio básico, a mi entender, para la convivencia. Y sí, todos somos en ocasiones los irrespetuosos, razón de más para tomar conciencia de ello.
Por Pólux.
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