A veces nos miramos y nos sentimos vacíos, sin sustancia, dedicados a las distracciones diarias para rellenar esta vida. Deseamos siempre lo que no tenemos, envidiamos también eso que no tenemos, y además lo necesitamos, lo hacemos nuestra meta, lo recomendamos y hasta lo lustramos con nuestra imaginación. Si es el caso y se consigue lo deseado, nos vuelve a pasar lo mismo, hay otra cosa que no tenemos y comenzamos a desearla.
¿Qué es la libertad?, ¿la capacidad de aprovecharnos de ese comportamiento para conseguir cosas o intentar eliminar o controlar esa dinámica de nuestro comportamiento? A priori ambas opciones parecen válidas. Lo que sí parece poco probable es conseguir una de esas dos cosas.
La libertad es una utopía que puede servir de guía, una tendencia, una ilusión que nos gusta creer real. Cuestión distinta es la de querer sentirse libre y legar a creerlo firmemente. Tal vez eso sea lo más parecido a la libertad, eso sí, a cambio de la voluntad de creer, de querer creer.
Hay quienes donde otros ven luces vemos ilusiones, o, según esos otros, hay quienes vemos ilusiones donde ellos ven luces. No creemos en la supremacía de una u otra postura, ni en el constante intento de hacerle ver al otro la nuestra, pero sí en el derecho a pensar y adoptar una de ellas.
Por Cástor y Pólux.
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