Nuestra clase política va a acabar avergonzándonos. Tampoco creo que sea justo hablar de toda la clase política. Algunos aportan más que otros a esa vergüenza.
El bloqueo institucional al que determinados responsables políticos han sometido a España es, por desgracia aún es, demasiado serio y grave como para que no trajera consecuencias. Ningún partido serio podía apoyar sin reservas la fuerte tensión que ha provocado Pedro Sánchez con su cada vez menos comprensible negativa a facilitar un gobierno. Es una postura difícil de sostener, y más con los malos resultados obtenidos en las elecciones, los peores de la historia del Psoe. Pero ahí estaba, tensando la cuerda. Menos mal que algo de cordura queda por ahí. El propio Felipe González ha dado muestras de su altura política negándose públicamente a secundar el camino emprendido por Sánchez, camino éste más propio del desatino que de la sensatez, a tenor de sus resultados.
No se trata ya de ideologías, de derechas o de izquierdas, sino de la necesidad de un país. No se trata de dejar gobernar al PP, sino de gobernar con el PP, de llegar a acuerdos y consensos. Más lograría Sánchez con esa actitud, como sucedió con Ciudadanos y su pacto con el PP, que con su pertinaz negativa a todo. Si tanto teme un gobierno del PP, ¿por qué no gobierna con él para así controlarle y limitarle?
Es una lástima que tenga que "reventar" un partido para que cunda el sentido común y apartar a quien le hace más daño que otra cosa. Pero Pedro Sánchez se resiste, como buen ejemplo de quien pierde la perspectiva y no se da cuenta de que el problema es él mismo. Al menos es lo que parece.
En fin, yo voto por el sentido común y la cordura, por el sentido de la realidad, del deber y del servicio a la nación, si es que realmente nos preocupa la sociedad que construimos día a día. Yo voto por la democracia, pero no por aquella que le conviene a algunos, sino por la que dimana de la voluntad expresada en la urnas. Y parece que Sánchez aún no ha acabado de entender la voluntad expresada por una mayoría de españoles. Con mayoría o no, él puede aliarse con quien quiera, pero no puede pretender que otros no gobiernen cuando él ha sido incapaz de aunar las minorías suficientes para gobernar. La verdad es que parece el perro del hortelano, que ni come ni deja comer.
Por Pólux.
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