¡Cuánto se agradecen estos días primaverales en pleno invierno! Son como un nuevo amanecer cuando más se necesita. Hay cosas tan pequeñas y tan agradables...
Una buena siesta, un paseo, una cerveza, una charla, un silencio, una compañía..., prácticamente cualquier cosa, en un momento determinado, puede resultar tan agradable...
Una mirada desde la atalaya, allá a lo lejos, perdida.. ¡Cuántas pequeñas cosas agradables si lo pensamos! Y si no lo pensamos también.
Por Pólux.
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