Tal vez si fuésemos racionales, sólo racionales, las consecuencias de nuestros actos se entenderían mejor, las órdenes a dar y las medidas a tomar no estarían contaminadas con la irrefrenable, aleatoria e incomprensible pasión, que acabaría desvirtuando los claros motivos de nuestro proceder.
Liberarnos del sentimiento y la pasión no nos haría menos humanos, es posible que más bien al contrario. Pero ¿qué implicaciones finales tendría esa falta de sentimientos?, ¿haría la vida más justa o no?
Por Cástor y Pólux.
No hay comentarios :
Publicar un comentario