No sé, no sé. Iba a escribir algo, pero lo he pensado mejor y he dejado de estar seguro de eso que iba a escribir. Mientras más pienso algo, más lo dudo y más arbitrario y relativo me parece. ¿Acaso debiera dejar de pensar, o al menos pensar lo mínimo? No creo.
Si pensar me lleva a esa conclusión (duda y relatividad), debo de aceptarla, ¿no? No debiera de aceptar las cosas porque no haya que pensarlas, porque sean más fáciles de pensar o porque la conclusión me resulte más cómoda o asimilable. Nos autoengañamos porque eso es más fácil que afrontar una realidad incómoda, aunque no sea la postura más madura y consecuente. Nadie dice que el ser humano haya de ser maduro y consecuente. A veces lo es y muchas otras veces no lo es.
Me gustaría pensar y comprender, pero si pensar me lleva a dudar, ¿qué le hago? Acepto la duda y la relatividad y ello no me impide llevar una vida normal, como todo el mundo. Lo digo porque hay a quien le espanta la relatividad y ve en ella la mayoría de los problemas de este mundo. Pero todos tenemos problemas y alegrías, creamos en lo absoluto o relativicemos todo.
No sé, no sé. Pensé que nada debía escribir y ya lo he hecho. ¿Qué más relativo que no estar seguro ni de lo que uno cree?
Por Pólux.
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