No sentirse valorado suele ser una de las causas más importantes de menosprecio propio, falta de autovaloración y sentimiento de incapacidad y falta de seguridad en uno mismo.
Cuando uno es conocedor de su valía, la falta de valoración produce además sensación de impotencia y flaqueza.
En el fondo pareciera que se trata de necesidad de reconocimiento, pero en realidad es simplemente una cuestión de hacer valer la verdad de una situación frente a la imagen errónea que se puede tener de alguien. Y cuando además se valora a quien menos valía tiene por encima de quien claramente vale más es o una injusticia o la crueldad de la decisión de quien no sabe ver y valorar lo que tiene delante.
Ello afecta a casi todo el mundo, pero cuando el futuro económico, laboral o el prestigio están en juego, la falta de reconocimiento crea una gran impotencia.
Pero así es la vida, a veces estamos en manos de personas que no saben ver lo que tienen delante, y otras, somos nosotros quienes no sabemos ver a quienes tenemos delante. No siempre los culpables de todo van a ser los demás.
Por Pólux.
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