Antes de iniciar el comentario, queremos deciros que a partir de hoy contamos con un nuevo colaborador fotográfico llamado Carlos García. La sensibilidad que muestra en los paisajes naturales que fotografía no os dejará indiferentes. Entre esos paisajes se encuentran el mar y las puestas de sol sobre éste, uno de los temas predilectos de Obtentalia, así que la colaboración promete ser muy interesante. Ya hoy sábado y mañana domingo, las fotos de cabecera serán de Carlos, como así lo indicaremos al pie de las mismas.
Carlos García publica su material fotográfico en la popular Instagram, así que en esa red podréis encontrar fotos que vamos a publicar en Obtentalia, con la diferencia de que él la publica el clásico formato 4:3 (o parecido) y nosotros utilizamos en nuestro blog una simulación panorámica (formato entre 5:1 y 6:1). Por supuesto contamos con la autorización de Carlos García para usar sus fotografías. Por ello hemos decido usar dos marcas de agua, la clásica que usamos de Obtentalia y la que utiliza Carlos en Instagram, para que no haya dudas sobre su autoría, y más dada la amplia difusión y reconocimiento de sus fotos en esa red (con casi 1500 seguidores).
Carlos usa en Instagram el nombre carlosgarna, así que podéis buscar su material por su nombre si estáis registrados en la aplicación, pero si no lo estáis podéis acceder a sus fotos a través de la aplicación complementaria ICONOSQUARE. Aquí tenéis el enlace a sus fotos: carlosgarna.
Aprovecho para repetir que las fotos de cabecera de nuestro blog están en una galería de fotos a la podéis acceder pulsando con el ratón sobre la propia foto o desde el enlace "Fotos cabecera" que aparece en un botón en el lateral izquierdo de esta página principal. En la galería se indica el nombre del autor de la foto, en caso contrario se entiende que la autoría es del propio blog. Y ahora vayamos con nuestro comentario sobre estampitas.
Desde que tengo uso de razón recuerdo estampitas de toda clase. Estampitas de colores, estampitas de Primera Comunión, el timo de la estampita..., pero las que se llevan la palma son, desde luego, las estampitas de santos. Su profusión tiene tres causas principales.
La primera y más importante, una pseudo religiosidad fetichista arraigada hasta el tuétano en un pueblo capaz del eclecticismo más radical, semejable en cuanto a su forma a un politeísmo. Y utilizo el prefijo pseudo no sólo por el carácter fetichista, sino porque hay muchos casos en los que habiendo una religiosidad escasa o nula hay una encomienda ferviente y convencida en la influencia del santo (hace poco me contaban el caso de una señora que no siendo creyente entregaba una estampita de santo a otra pidiéndole que se encomendara a él -¿¡eh!?-). Contra ese tipo de religiosidad no hay razón ni argumento capaz, de ahí su fuerza.
La segunda es la cantidad de santos que hay. Cada día del año tiene varios santos, así que multipliquen. Además, de cada santo pueden hacerse distintas estampitas, lo que convierte a su número en prácticamente infinito.
La tercera es la imaginación popular. A cada santo se le encomienda una función. Si se te pierde un calcetín te encomiendas a uno, si tienes que hacer un examen te encomiendas a otro, y así sucesivamente hasta el infinito ..., si tienes que buscar trabajo, si quiere que alguien te corresponda, si tienes un dolor, si necesitas que te toque la lotería, en fin, para qué seguir. No sé si hay tantas encomiendas como santos o santos como encomiendas, pero el número total excede mi imaginación.
Ahora pienso que una imprenta especializada en estampitas de santos podría haber sido un buen negocio. ¿Cómo no lo pensé antes?
No está en mi ánimo ofender a las personas que tienen estampitas de santos y creen en ellas, a pesar del tono jocoso que he empleado, pero convendrán conmigo en la más que peculiar forma de entender la religiosidad que ello supone, al menos en el sentido al que yo me he referido. Un aspecto más de nuestra idiosincrasia colectiva como país.
Por Pólux.
